sábado, 4 de febrero de 2012

Consejos para un cambio de dieta


Hay que tener claro que lo más importante es que no podemos jugar con nuestra salud, así que no podemos hacer las cosas a la ligera. No podemos pasar de comer carne o comer mucho cocinado a comer frutívoro, como todo en la vida, debe hacerse paso a paso. 
Lo mejor es empezar poco a poco a incluir fruta en nuestra dieta, siempre ANTES de comer cocinado, ya que si no, fermentará al crearse un tapón en nuestro estómago, porque la fruta es de digestión muy rápida, pero la comida cocinada no. Si dejamos una manzana abierta durante 2 horas, estará en proceso de descomposición, y no la comeríamos, ¿no? Pues si tomamos fruta después de comer cocinado, será lo mismo que si la comiéramos en ese estado, y lo peor es que las manzanas son las únicas que podríamos tomar después de comer cocinado, así que las demás no nos queremos ni imaginar cómo estarían, ¿no? La manzana es más "neutra", no contiene tanto azúcar como otras frutas, por lo que la fermentación es más lenta.
Conforme vayamos avanzando, debemos suprimir los alimentos más tóxicos, sobre todo los de origen animal. También debemos suprimir algunos vegetales, como las espinacas, el ajo, la cebolla y las especias (tampoco crudas). No deberíamos tomar tampoco legumbres, y cereales blancos tampoco. Todo ello progresivamente. Podemos tomar arroz integral con verduras, pasta de cereales como la espelta o el trigo integral (preferiblemente evitar el trigo, porque sienta peor), patatas al vapor, caldo de verduras... durante un tiempo antes de cambiar de dieta. Mientras tanto, iremos aumentando progresivamente el consumo de frutas y verduras crudas (los distintos tipos de lechuga, pepino, calabacín, zanahoria), y rebajando los alimentos cocinados, hasta llegar a 80% frutívoro aproximadamente. A lo largo de este proceso, expulsaremos toxinas, nos sentiremos cansadxs, etc. Esto es porque nuestro cuerpo está trabajando mucho para limpiarse. Las frutas no son una esponja, el proceso consiste en que si realizamos la digestión más ligera, el cuerpo no emplea tantas energías en ella, y puede emplearlas en otras funciones. Además, el consumo de estos alimentos nos aporta todos los nutrientes que necesitamos. 
Poco a poco, nos iremos sintiendo menos cansadxs, con más energía, nuestro peso se regulará, nos sentiremos mejor, nuestra piel y nuestro cabello estarán suaves y sanos... Ese es el momento en el que podremos dar el paso a 100% frutívoro, si queremos. Nos costará mucho menos, ya que estaremos acostumbrados a tomar mucha fruta, y la ansiedad se rebajará. Además no tendremos apenas síntomas de desintoxicación. Otra opción es que si no podemos dar este paso por las razones que sean es aguantar ahí, ya que estaremos muy sanos, y cuando sea posible llevar una dieta totalmente frutívora, no nos costará mucho esfuerzo.

Yo me encuentro en este punto, y cuando me sea posible, daré el paso, y ¡estoy deseándolo!

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